domingo, 12 de julio de 2015

Bosque de almas


La majestuosa luna abrigaba un extraño manto de oscuridad. Absortos, los testigos dejaron sus tareas y alzaron sus cabezas para observar el inusual fenómeno. Paralizados como estacas, sin nombres, ni tiempo, no dieron crédito a lo que sus ojos estaban viendo. Sin razón alguna, sus pies se ramificaron hasta penetrar en la húmeda tierra, sus brazos crecieron como ramas y sus cuerpos se vaciaron de sangre y se llenaron de savia. La luna, corrió su manto de sombra e iluminó el nuevo bosque de almas.

1ª mención en el concurso de micro relatos "El influjo de la luna" Letras como espadas