El algarrobo del cacique
Pincén
Corría el año 1934
aproximadamente, yo tenía unos 7 y 8 años. Mi tío Bati había
comprado un almacén de ramos generales en un pueblito de la
provincia de Buenos Aires, situado entre los pueblos Salidllo, 25 de
Mayo y Chivilcoy, a unos 200 km de la capital federal.
Mi tío viajaba
periódicamente en su Studebaker 4 puertas por caminos ríspidos, sin
asfaltar y muchas veces llenos de lodo. El viaje duraba varias horas
y era una verdadera aventura. Yo aprovechaba las vacaciones para ir
con él, ya que la pasaba muy bien cuando estaba allí en el campo.
Un vez a la semana iba al
almacén en su volanta a tiro de caballo un estanciero llamado Don
Antonio Coltrinari que era muy amigo de mi tío y me quería mucho. A
veces, me venía a buscar y me llevaba a su estancia La María a
pasar 3 o 4 días. A mí me encantaba estar ahí porque cazaba
pajaritos con la honda, me bañaba en el arroyo, pescaba anguilas,
andaba a caballo y aprendía todas las actividades del campo.
Frente al casco de la
estancia había un árbol de algarrobo enorme pero seco que tenía la
corteza del tronco como si alguien con un hacha le hubiese pegado
cientos de golpes. Intrigado por lo que le había pasado al árbol le
pregunto a Don Antonio ¿Qué le pasó al árbol? Don Antonio con su
característica parsimonia de hombre de campo me cuenta la historia. “Hace 60 años aquí
tenía la toldería el Cacique Pincén. Desde acá Pincen lanzaba los
malones contra Salaidllo y 25 de Mayo. Cuando volvían de sus
incursiones con el malón traían lo que habían robado, ganado,
bebidas, vajilla, cautivas y prisioneros. Los prisioneros eran
militares que habían capturado. Cuando llegaban a la
toldería desnudaban a los prisioneros y los ataban al algarrobo. A
la mañana siguiente los hijos de los indios se entretenían
tirándoles las lanzas y cuchillos hasta darles dolorosa muerte. Luego,
los desataban y se los tiraban a los perros hambrientos, que tenían
cualquier cantidad, para que se alimentasen”.
Mire el árbol y no dije
nada, haber sido testigo del árbol de Pincén es uno de mucho hechos
que guardaré en mi memoria por toda mi vida.
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