Una tas otra
se suceden,
engarzadas,
se pierden
en la infinidad
de mi noche.
Una tras otra
se amontonan
en mis oídos,
las puedo contar
desde mi cama,
solitario.
Una tras otra
las horas
me persiguen.
Tic, tac,
Tic, tac,
Tic, tac
Los ojos abiertos
a la oscuridad
y no ver nada.
Una tras otra,
las horas
se agigantan
Tic, tac,
Tic, tac
abriendo el camino
hacia mi muerte.
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