martes, 19 de enero de 2010

Marcado

Hoy no me desperté como de costumbre, sentía  una rara sensación rondando por mi cabeza.


¿Cabeza? ¡Que extraño! El cielo ya no es más azul, ahora es negro. Los ojos,  negros como cómo el infinito Universo 


Recuerdo que no pude dormir bien esa noche. Algo o alguien había estado en mi habitación, como una amenaza.


¿Amenaza? No tengas miedo... Parálisis... bocas cerradas. 


Me acuerdo que busqué el interruptor de la luz del velador, quería ver de donde provenían esos difusos, pero particulares ruidos.


La  luz, potente, brillante, casi eterna. Me empuja. Calor, miedo ¡No tengas miedo!


Después de encender la luz miré el reloj. Me pareció extraño el tiempo transcurrido.


Detenido. El tiempo, inmóvil, las bocas cerradas, me hablan, las cabezas ovaladas los ojos negros, son muchos, están en la habitación, la luz por la ventana, el miedo ¡No tengas miedo!


Traté de recordar lo sucedido, pero solo volví a percibir esa vaga sensación. Quería acordarme, pero era evidente que me costaba. Algo había pasado esa noche en mi habitación y no podía entender que era realmente.


Las manos, delgadas, huesudas, perforan, lastiman, los ojos, negros, sin vida, me miran, las bocas cerradas me hablan. Quiero moverme, no puedo, quiero gritar, mi boca  esta sellada, mis manos atadas.


Pensé unos instantes, traté de ubicar mis recuerdos perdidos. Mis hijos, ¿dónde están? Observé a mi mujer, permanecía envuelta en sus sueños. ¿Habría sido una pesadilla?


¿Pesadilla?, dolor, miedo, agujas, son muchos, me rodean, caen sobre mi, no se que quieren. Bocas cerradas que hablan, ojos vacíos que miran, sus dedos largos, sin vida, husmean mi cuerpo. No tengas miedo, me dicen, quieren que no entre en pánico. Estoy en pánico, tengo mucho miedo. Grito ahogado, se pierde en la inmensidad de espacio.


Me convencí que aquel extraño presentimiento con el que me había despertado, era sólo un sueño horrible, eso había sido. Mis hijos dormían seguros, mi mujer también y en la habitación todo era normal.


¿Normal?  No son normales, sus cuerpos, delgados, grises, por momentos azules, cabezas ovaladas, ojos alargados, negros me miran, bocas cerradas me hablan, las manos monstruosas me lastiman, laceran mi carne, mi pecho. Llanto, dolor, grito perdido, cuerpo inmóvil, no puedo moverlo. Me desmayo.


Intento olvidar todo, lo hago como si nada hubiera pasado, solo que ahora, siento un leve dolor en uno de mis brazos, como una pequeña punzada. Observo el lugar donde siento esa quemazón muy fuerte y encuentro una pequeña marca roja sobre la piel desnuda.


Desnuda, la piel, me quema, son muchos, me inyectan, no aguanto el dolor, no se donde estoy, quiero volver, no puedo. No aguanto. Lloro.


La pesadilla vuelve a comenzar…