viernes, 10 de junio de 2016

Atrapado en la ruta

La noche desnuda sus fantasmas, la carretera se asemeja a un laberinto repleto de minotauros. Con el pie en el acelerador el hombre avanza en medio de un vacío irresistible, de una boca negra que lo traga como un agujero negro en medio del Universo.

A unos cientos de metros de distancia una silueta llama la atención del conductor. Afloja el pie del acelerador. Es una mujer al borde del camino haciendo señas para que pare. 

El hombre intuye que algo no anda bien y frena lentamente hasta quedar casi al lado de la mujer. Se la ve desesperada.


-  Mis hijos- grita- mis hijos


El hombre se baja y trata de calmar a la señora en medio de la oscuridad y la soledad del paisaje. Lo que ve lo espanta, dos cuerpitos chamuscados en la banquina huelen a carne asada. La mujer no habla ahora gesticula. El hombre no sabe qué hacer, intenta buscar su teléfono móvil para pedir ayuda. Una explosión anaranjada lo empuja hacia atrás. La mujer arde en llamas, se ha prendido fuego con un bidón de nafta. Espantado, el hombre observa el espectáculo que en segundos desaparece ante sus ojos.

Cuando reacciona se da cuenta que otra vez está en la ruta y que no ha dejado de andar. Extrañado sigue su camino. A unos cientos de metros de distancia una silueta llama su atención.

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