Se desploman las arenas
del tiempo en un ciego desierto,
cubren las manos abiertas
que imploran justicia,
las sustancias vivas
de un Universo en crisis,
los colores multiplicados
que buscan pintar el cielo.
Todo lo cubren.
Nada las detiene.
Son fuego activo,
llamas salidas de una garganta
infernal,
nebulosa en el vendaval.
Son las arenas de un reloj eterno,
manipulando las horas
que se suceden,
que se persiguen a si mismas,
buscando un punto de conjunción
que nunca llega.
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