Por la noche,
desciende inalcanzable
el paso de la vida
sobrepasando estrellas indefinidas,
templos disgregados
atisbos de una destrucción innecesaria.
Por la noche,
se mueren los olores
impregnados a la carne,
se funden las imágenes
que el viento trae entre sus garras,
se apagan las luces tras la niebla
para esconde la mirada.
Por la noche,
se oyen los demonios
de la sangre
borbotear entre las sombras.
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