En Madrid la noche huye temerosa,
se lava la urdida trama de sombras
y las callejas, amasijo de formas
se reavivan.
Un salitroso remanso de lunas pasadas,
todavía se agita en sus iglesias.
Paredes humeantes de mariscos,
cerveza, alubias y jamones
se combinan.
Un mundo antiguo
batiéndose entre metros, museos y avenidas.
Y la noche dejando su huella.
Bares y más bares disputandose al cliente
entre cañas y tapas.
Así es Madrid,
jugosa variete de inmigrantes,
latinos, moros y asiáticos
van buscándose la vida,
los sueños no olvidados.
Todo un símbolo
Arena, ruedo, sangre, toros,
Almodovar, Pisaso y Julián Marias,
los ghetos, los skin heads,
los domingos en el rastro
y la cuna de los poetas vivos.
Así es Madrid,
ciudad de locos,
putas, cine y alegría,
ciudad de esperanzas repetidas
de cantatas y sonatas,
de banqueros y mendigos.
Alcala, Sol y la Plaza Mayor
y el río Manzanares bebiendo
de su suelo.
Asi es Madrid,
ciudad de paso
en la que todos
se quedan prendidos
de su encanto,
de su aroma
y de su acento
se lava la urdida trama de sombras
y las callejas, amasijo de formas
se reavivan.
Un salitroso remanso de lunas pasadas,
todavía se agita en sus iglesias.
Paredes humeantes de mariscos,
cerveza, alubias y jamones
se combinan.
Un mundo antiguo
batiéndose entre metros, museos y avenidas.
Y la noche dejando su huella.
Bares y más bares disputandose al cliente
entre cañas y tapas.
Así es Madrid,
jugosa variete de inmigrantes,
latinos, moros y asiáticos
van buscándose la vida,
los sueños no olvidados.
Todo un símbolo
Arena, ruedo, sangre, toros,
Almodovar, Pisaso y Julián Marias,
los ghetos, los skin heads,
los domingos en el rastro
y la cuna de los poetas vivos.
Así es Madrid,
ciudad de locos,
putas, cine y alegría,
ciudad de esperanzas repetidas
de cantatas y sonatas,
de banqueros y mendigos.
Alcala, Sol y la Plaza Mayor
y el río Manzanares bebiendo
de su suelo.
Asi es Madrid,
ciudad de paso
en la que todos
se quedan prendidos
de su encanto,
de su aroma
y de su acento
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