Hoy te encontré
allí sobre la madera gastada del tiempo,
te mire con lágrimas en los ojos
y recordé aquella tarde aquí
cuando sobre tu pecho de lata
dejaba caer las cenizas
de mi soberbia
y cuando con fuego sellaba
la ira de mi impotencia.
Fuiste todo oído,
todo silencio
en el momento
de muestra despedida.
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