La brutalidad se vuelve espejo
de las horas sucesivas,
se mezcla con la roca,
madre de la lapidación,
monstruoso sueño
apretado a las almas
de las mártires
que murieron bajo su peso
Siglos de maltrato
bajo su dominio
deshumaniza a la especie humana.
Un coro de corderos pregonan
la salvación.
Pero la piedra vuelve a caer
una y otra vez
hasta convertir a la mano
que la arroja en cómplice
de su ignorancia.
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