Bendita sea el agua
que cae del cielo,
o Dios de la lluvia
devuélvele al mundo
la razón de su llanto,
no dejes que su angustia
dure para siempre.
Bendita sea tu lágrima,
tu coronación
como soberano,
o Dios de la lluvia toda,
permítele al mundo
que llore por el sufrimiento
de su gente.
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