domingo, 4 de octubre de 2009

El cascabel

El suave cascabel de tu sonrisa,
me hiela los labios,
parece moverse en el interior
de mis sentidos,
cavando profundo,
lanzando pequeños puñales
que se clavan en mis uñas,
en mi carne.

Y el cascabel sigue cantando.

Apenas té vi aparecer,
de entre las sábanas surgiste como un rayo,
envenenándome la sangre,
quitándome la vida de a pedazos.
Poco a poco voy llegando
a la faz de tu mirada, de tu calma.

Y el cascabel sigue cantando.
Y yo me voy muriendo.

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